martes, 29 de abril de 2008

CUANDO ES MÁS QUE UN DEPORTE

Hace unos días estaba hablando seguramente con uno de los mejores profesores de educación física de nuestra comunidad que además resulta ser la persona más sencilla que he tenido la suerte de encontrame cosa bastante llamativa cuando eres un alto cargo de la universidad de valencia y el rector de IVEF, estuvimos debatiendo sobre cuando el deporte se convierte en algo más que en eso DEPORTE.

Sin lugar a dudas, hablamos de diversos temas relacionados con este hecho como por ejemplo cuando los entrenadores buscamos con nuestros equipos el respeto y reconocimiento por encima del juego, cuando los padres olvidan que sus hij@s no son los futuros, Ronaldos, Gasoles, Nadales...etc... si no sus hij@s, y cuando los alumn@s de un deporte olvidan que solo es un juego e ignoran sus estudios, familia, amigos....para centrarse en su carrera.

Pero curiosamente como siempre que se debate sobre un aspecto solo nos centramos en los diferentes casos negativos, yo ni siquiera me di cuenta de ello hasta que una noche de esas en que estrés, nervios y exceso de cafeína no me dejaron dormir, cuando acudes desesperado sobre las tres de la mañana al despertador para ver la hora me di cuenta del día que era, en ese mismo día prácticamente unas horas después, hace cuatro años me dieron la noticia más difícil de digerir que había tenido hasta entonces con 17 años, en plena preparación del último trimestre de 2º de bachillerato, me llamaron para decirme que uno de mis mejores amigos y ex-compañero del equipo de baloncesto del instituto, se había suicidado.

Evidentemente como cualquiera no sabia si creermelo o pensar que era una pesadilla, pero lo cierto es que estaba sucediendo y no solo estaba destrozado sino que tendría que darle esa misma noticia a la que fue nuestra entrenadora y luego nuestra amiga.
En esos instantes no paras de recordar toda tu vida con esa persona, nosotros eramos vecinos de toda la vida y amigos y como tales empezamos a jugar a este maravilloso deporte juntos en el colegio, fueron buenos años llenos de muchos recuerdos agradables y desagradables que con el tiempo se hicieron menos importantes, después llego la pubertad y con ella algunos perdimos el rumbo pero otros siguieron con su camino y con el baloncesto como raíles, los cuales volvieron a guiar mi camino gracias a mi amigo, fueron muy buenos años incluso con éxitos deportivos en el instituto como juvenil, años en los cuales la liga escolar tenía el mismo nivel que hay ahora en júnior preferente.

Lo más importante de esa época fue reencontrarme con migo y con el juego gracias a mi amigo, el baloncesto y mis compañeros.
Pasaron muchos durante 4 años pero todos con buen recuerdo y la gran mayoría son amistades que aun se conservan, lo malo fue, que en último año por ciertas circunstancias, mi amigo tuvo que apartarse de este mundo poco a poco, al igual que sucedió esto parecía que cada vez estaba más lejos de todos y de todo y no encontraba una salida por tonta que fuera a todo ello hasta que al final no pudo más y decidió poner fin.

Todo su equipo aunque el ya no lo fuera para la federación para nosotros siempre lo sería, nunca volvió a ser el mismo desde entonces, ese año jugamos más motivados que nunca por el afán de dedicárselo a él, pero no fuimos capaces de hablar de él y todos los recuerdos en conjunto, de hecho aun no lo somos en parte, y aunque pueda sonar descabellado yo creo que seguramente es porque todos sabemos que el baloncesto hubiera sido la salida que necesitaba y no pudo encontrarla ni nosotros a el.

Con todo este rollo sentimentalista al que me refiero es que comprendí que a veces también es más que un deporte para crear amistades que duran toda una vida, compañeros que nunca se olvidarán, influencias que pueden guiarte o salvarte pero principalmente moldearte como persona, y sobretodo la sensación de que sabes que perteneces a algo bueno, hoy en día como entrenador nunca olvido los objetivos que quiero trabajar con mis grupos, o individualmente con mis jugadores, o los que me marca mi club, pero lo que nunca quiero olvidar es lo que me enseño mi amigo de este deporte, lo más importante de él son las personas que te cruzas en el camino, y creo que otro claro ejemplo de eso fue cuando deportistas de élite como los en ese momento campeones del mundo de baloncesto se reúnen en el centro del campo para jugar unidos a un juego de cartas que era una excusa para pasarlo bien con esas personas.